viernes, 18 de julio de 2008

DIÁLOGO SOBRE CINE POLÍTICO




DIÁLOGO ENTRE PINO SOLANAS Y ABDERRAHMANE SISSAKO, DIRECTOR DE LA PREMIADA "BAMAKO".

COORDINADO POR FERNANDO MARTÍN PEÑA.

Fernando Peña: Quisiera hablar de los directores que hoy tenemos en esta mesa. Los dos tienen bastantes semejanzas. Los dos son cineastas, desde ya. Los dos tienen participación política. Los dos hacen una síntesis entre arte y mensaje político. Los dos suelen usar no-actores. La primera pregunta es: ¿militantes o cineastas?

Pino: No está esclarecido. Para ser cineastas es necesario hacer buen cine, ante todo. Y no sé si yo lo hago...En los ´60 ser intelectual era ser comprometido. Hoy parece que son dos mundos separados. Es que las frustraciones de tantos años, la caída de tantas utopías nos han hecho más individualistas. Y hoy el cine se encuentra muy influenciado por la TV. Ante tantos atropellos a naciones como Irak, la conciencia internacional no reacciona, es increíble. Por eso he utilizado el cine para llegar a la conciencia y el corazón.

Abderrahmane: Pino y yo pertenecemos a dos países de injusticia. Yo me crié en Mauritania, y luego pasé a Mali. Y no soy un cinéfilo. Nací en África, los dos estamos al final de todo. Al fiinal de todos los países. Al final de todas las economías. No hago películas para cambiar el mundo. Es el pueblo el que tiene que hacerlo.

Peña: ¿Cómo se llega a la libertad formal de sus films?

Abderrahmane: La forma es en sí, limitada. Es limitada por la duración del film. Siempre hay una frustración. Nunca se llega a lo que se quiere. Siempre para hacer un film hay que hacer trampa. Así hice en mi película Bamako, cuando le hice juicio a los organismos de crédito internacional, que son los verdaderos dictadores.



Pino: Conozco mucho la historia y las luchas del pueblo africano. De hecho, La Hora de los Hornos le debe mucho a intelectuales como Aimè Cèsaire, del Movimiento Negritude. De alguna forma, intelectuales como Cèsaire me formaron. El cine es un espejo. Es extraordinario creer en un jurado que le hace juicio al G8 en el patio de un conventillo. La hipótesis propuesta por Bamako es de un rigor implacable. De un ascetismo extraordinario.

Peña: En sus films hay bastante humor. ¿Cómo manejan el humor en sus films?

Abderrahmane: Es difícl decir por qué cuando quiero comunicarme, apelo al humor. Y al western. En el caso del western, crecí viendo las películas de Trinity (Terence Hill), y me impresionaron mucho...

Pino: El humor es una forma general de castigo. Como cuando yo ridiculizo a los poderosos, a los corruptos. Y uno debe gozar haciendo cine.

Peña: Bueno, ahora pasamos a las preguntas del público.

Plan 9 : ¿Cómo fué la recepción de su película en otros festivales del mundo? ¿Y cómo la recibieron en su propio país, Mali?

Abderrahmane: Bamako fué exhibida en Cannes. Y retirada de exhibición al poco tiempo, lo cual me huele a censura. En Suiza, llevó 2.500 personas en el cine en que se exhibió. Y en Mali, hay sólo una sala de cine en todo el país. Llevó gente, a pesar de la oposición del gobierno colonialista. En esa sala de Mali se pasa sólo cine americano y nada más. Es así. La independencia en la mayoría de los países de Africa es apenas formal, no real. Como en Latinoamérica, ¿no?.

Público: ¿En qué contexto vió Trinity?

Abderrahmane: Hice referncia a Trinity por su capacidad de emoción. Yo era muy chico y eran films muy populares en África.

Público: ¿Qué representan los rostros de esos niños en Bamako?

Abderrahmane: Quería que la vida estuviera representada por los rostrso de esos pequeños.

Plan 9: Usted hizo varios film anteriores, de temática onírica. ¿Cómo surgió este deseo de hacer cine político? ¿Lo onírico y lo político tienen correspondencia en su cine?

Abderrahmane: En realidad siempre quise hacer films como Bamako. Pero antes hice films oníricos porque la financiación era más facil (Risas). En serio, creo que la línea de Bamako es la línea temática que quiero transitar ahora.

Eduardo Chinasky

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